martes, marzo 20, 2012

El equipo detrás de un libro

Jaclin Campos
jaclin.campos@listindiario.com
Santo Domingo
http://www.listindiario.com.do/la-vida/2012/3/19/225804/El-equipo-detras-de-un-libro

La calidad de una obra literaria depende tanto de un buen escritor como de un buen editor. Aunque, como señala Ruth Herrera, directora de Ediciones Generales de Alfaguara, hay un nivel de subjetividad cuando se trata de definir un libro bueno, también existen modelos, reglas y normas sobre lo que se considera buena literatura.

Esos modelos, reglas y normas rigen la labor editorial. Por ejemplo, explica Herrera, en una obra de ficción, género que domina la mayor parte del catálogo de Alfaguara, la calidad está dada por un texto bien escrito, con corrección gramatical y riqueza léxica, con ingenio y originalidad en su estructura, que mantenga la coherencia en el desarrollo de su trama y que presente los necesarios contrapuntos dramáticos, entre otros aspectos.

“Nos fijamos -comenta Herrera refiriéndose al comité de lectura o evaluación que es el primero en ponderar una obra- en cómo se narra la historia, no importa tanto el qué se cuenta”.

Corrección
Tras la primera evaluación de un libro, entran en escena correctores y editores. Y, por supuesto, no se puede olvidar al propio autor, que debe depurar su obra tomando en cuenta las recomendaciones de la editorial.

“Así que hay que contar con varios pares de ojos y varias rondas de lectura, y hay que ser atento, curioso, puntilloso, exhaustivo, riguroso”, afirma Herrera.

Muchos de estos criterios y prácticas aplican para las obras de no ficción.

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CUANDO AUMENTA EL VOLUMEN DE TRABAJO
Un caso particular: Si bien las editoriales cuentan con un equipo profesional que se asegura de mantener el nivel de calidad y corrección de los textos que publican, a veces se puede recurrir a personal externo.

Es lo que sucede con la Editora Nacional, dependencia del Ministerio de Cultura.

Según su director, León Félix Batista, la Editora Nacional subcontrata correctores de fuera del Ministerio cuando hay gran volumen de trabajo, como suele ocurrir durante la Feria del Libro.

Letras de calidad
El proceso por el cual una editorial decide publicar una obra suele ser, en principio, bastante sencillo. En resumidas cuentas, la empresa recibe la propuesta o le propone a un autor que escriba un libro; el borrador para ser ponderado por un comité de lectura o evaluación que, de encontrar en él méritos suficientes, lo recomienda para fines de publicación tomando en cuenta el cupo y pertinencia dentro del plan de publicaciones de la editorial.

El comité evaluador o de lectura también examina el potencial comercial de la obra, porque, como dice Ruth Herrera, directora de Ediciones Generales de Alfagura, “tenemos que vender libros y es a lo que aspiran los autores”.

Si bien el compromiso de una editorial ha de ser, en primer lugar, con la calidad literaria, no puede pasar por alto el factor comercial.

Este aspecto “es fundamental por naturales razones de supervivencia de todos los involucrados en la industria”, dice Herrera, y se “aterriza” sopesando de qué trata un libro, cómo sería acogido en el mercado al que se dirige e, incluso, quién es el autor.

“El nombre de un autor influye en la venta, pero tampoco se pierde de vista al autor nuevo o menos conocido al que hay que introducir y desarrollar”, asegura Herrera.

El balance, dice, está en combinar la publicación de libros que se espera tengan buena acogida comercial y libros de expectativa comercial moderada que han de publicarse por su calidad y por el aporte que signifiquen a la bibliografía del país.

Otro criterio
En el caso de la Editora Nacional, dependencia del Ministerio de Cultura que edita libros comercializados y distribuidos luego por instancias como la Dirección General del Libro y la Lectura y la Librería de Cultura, su trabajo no responde a un criterio comercial.

“Con nuestros libros buscamos crear lectores, promovemos el surgimiento de nuevos lectores, alimentamos las bibliotecas y los talleres literarios”, afirma su director, León Félix Batista.

Sus ediciones suelen ser de mil ejemplares, dice; a veces más, pero nunca menos.

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EL MEDIO NO DETERMINA LA EXCELENCIA
Evolución: Según León Félix Batista, el lector del futuro irá de mano con la trepidante tecnología, pero nunca se dejará de adquirir conocimiento mediante la lectura.

“En cuanto a lo que se publica actualmente, la influencia del acceso a las imprentas y a las herramientas digitales es palpable, en el sentido de que facilitan las posibilidades de expresión y aumentan la oferta, de modo que el lector sale ganancioso al contar con muchas alternativas”, expresa.

Para Ruth Herrera, el acceso libre a las imprentas (“que siempre se ha utilizado”, aclara) y el reciente acceso a herramientas digitales de autopublicación no determinan que haya o no calidad. Este logro tiene que ver más bien con el talento y la autoexigencia del autor y con la posibilidad de contar con un buen editor profesional, “que es un cedazo, un filtro, un crítico y un coach para mejorar la obra, incluso para mandarla al zafacón si es lo que merece”.

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